La huella de los idiomas en el desarrollo humano y económico de Bolivia

23 de julio de 2019

Los idiomas se constituyen en la herramienta principal de comunicación para la especie humana, sin embargo, el impacto que tienen sobre la interacción entre personas y el desarrollo de las sociedades generalmente es ignorado. Actualmente se hablan 7,111 idiomas en todo el mundo, de los cuales 1,058 se hablan en las Américas, lo que significa el 15% de los idiomas vivos del mundo. En promedio, los idiomas nativos en el continente americano se hablan por mil personas. Sin embargo, el quechua es el idioma nativo más hablado en la región de América Latina y el Caribe (LAC), con casi 7,7 millones de hablantes. El aymara es el sexto idioma nativo más hablado en la región LAC, con 1.7 millones de hablantes (1). Ambos se posicionan como los idiomas nativos más hablados en Bolivia.

En 2009, Bolivia establece 36 idiomas nativos oficiales fuera del Castellano. De acuerdo a la Escala Expandida Graduada Intergeneracional de Ethnologue, trece de estos idiomas se encuentran amenazados o en proceso de modificación (2); doce se encuentran moribundos, casi extintos o dormidos (3); dos tienen 8 y 83 hablantes respectivamente (4); y uno no registra hablante alguno en el Censo Poblacional de 2012 (5).

Mientras el castellano se constituye como el idioma integrador, usado en los centros urbanos, en los medios de comunicación, y para casi toda la interacción con el gobierno, más de 2.5 millones de personas en Bolivia hablaban un idioma diferente al castellano como su primer idioma (de acuerdo al Censo Poblacional de 2012). La mayoría de estas personas hablaban quechua (1.4 millones) o aymara (0.9 millones). Sin embargo, una minoría habla otros 63 idiomas en el país, incluyendo idiomas extranjeros.

Movidas por la curiosidad, hicimos un mapa representando los idiomas más hablados en cada uno de los 339 municipios, excluyendo el castellano (6). Impresionantemente, 16 diferentes idiomas surgen en el mapa, incluyendo tres idiomas extranjeros. El quechua es por mucho el idioma no castellano más dominante, hablado en 117 municipios. Le sigue el aymara dominando 111 municipios, que se encuentran agrupados estrechamente en el Altiplano boliviano. El tercer idioma no-castellano más hablado a nivel municipal es el portugués, dominando 19 municipios a lo largo de la frontera con Brasil. El cuarto idiomas es el guaraní, que se habla en 12 municipios en la región del Chaco cercana al Paraguay. El quinto idioma es el alemán, dominando 6 de los 339 municipios, se trata de un dialecto particular hablado por el gran número de menonitas viviendo en Bolivia. El sexto idioma es el Cavineño, dominando sólo tres municipios en las tierras bajas bolivianas. Los restantes 11 idiomas se encuentran todos concentrados en sólo uno o dos municipios cada uno.

Mapa 1: Los idiomas más hablados en cada municipio boliviano, excluyendo el Castellano, 2012

Fuente: Elaboración de las autoras en base al Censo Poblacional de 2012

El municipio con la mayor cantidad de idiomas hablados en el día a día es Santa Cruz de la Sierra, donde por lo menos 49 diferentes idiomas se hablan de manera fluida (como primer idioma). La Paz es el segundo municipio donde más idiomas se habla en Bolivia, con una gama de 43 idiomas hablados de manera fluida. Finalmente, está Cochabamba con 42 idiomas hablados en sus calles diariamente. Esto se debe a un gran número de personas con orígenes diversos conviviendo en las ciudades principales de Bolivia.

La diversidad es algo espectacular. El problema surge cuando alguna de estas personas no habla el idioma principal e integrador, dado que, en gran medida, se verán excluidos de la participación en la vida pública, excepto en los niveles más locales. Las personas que no hablan castellano en Bolivia tendrán grandes problemas en la escuela, al beneficiarse de servicios básicos de parte del gobierno, y tendrán problemas obteniendo información sobre los sucesos que ocurren en Bolivia y más allá de las fronteras.

Es por eso que, para el Atlas Municipal de los ODS en Bolivia, pensamos que es importante incluir un indicador que muestre el porcentaje de la población (de 3 años o mayor) que no habla español (7). Se trata de un indicador de desigualdad de oportunidades, por lo que lo incluimos bajo el ODS 10.2 que fomenta la inclusión social, económica y política.

En 2012, en promedio, alrededor de 9.7% de los bolivianos (de 3 años o mayores) no hablaban castellano. Dicho esto, debemos destacar que existe una variación substancial entre municipios. Al hacer los cálculos, resulta un rango que va desde un reducido porcentaje en las ciudades principales, a más de la mitad en varios municipios en Cochabamba y Potosí (ver Mapa 2).

Mapa 2: Porcentaje de la población (de 3 años +) que no habla castellano, 2012

Fuente: Elaboración de las autoras en base al Censo Poblacional de 2012

La Gráfica 1 muestra una correlación positiva entre la proporción de la población que no habla castellano en cada municipio, y el nivel de Pobreza Energética Extrema. Mientras que hablar castellano no asegura reducidos niveles de pobreza, no hablar el idioma virtualmente garantiza niveles muy altos de pobreza energética.

Gráfica 1. Relación entre exclusión idiomática y Pobreza Energética Extrema

Fuente: Elaboración de las autoras basada en información del Censo Poblacional de 2012 y Andersen, Branisa y Calderón (2019)

Mientras que el castellano es importante para la integración al proceso nacional, hablar inglés facilita la representación y el obtener una voz en instituciones globales (meta 10.6) así como acceso y colaboración en cuanto a proceso científicos globales, tecnología e innovación (meta 17.6). Es por ello sugerimos incluir el porcentaje de la población de 18 años o mayor que habla inglés como indicador en el Atlas Municipal de los ODS en Bolivia. Como mostrado en la Gráfica 2, este indicador está inversamente relacionado a la Extrema Pobreza Energética a nivel municipal.

Gráfica 2. Relación entre hablar un idioma extranjero y la Pobreza Energética Extrema


Fuente: Elaboración de las autoras basada en información del Censo Poblacional de 2012 y Andersen, Branisa y Calderón (2019)

Otro indicador que se usa frecuentemente como una variable explicativa en estudios sobre pobreza en Bolivia, es la lengua materna (el idioma en el que aprendiste a hablar). Este indicador es generalmente usado como una variable proxy para “indigeneidad”, pero claramente cubre muchos aspectos más que la simple habilidad de comunicación (por ejemplo, cultura y locación). Pensamos que los dos indicadores propuestos arriba (Porcentaje de la población que no habla español, y proporción de la población adulta que habla inglés) se constituyen como indicadores más precisos de exclusión e inclusión, con un claro rastro de causalidad.

Notas

(1) Véase Ethnologue
(2) Aymara, Araona, Bésiro, Cavineño, Chimán, Mojeño-Trinitario, Mojeño-Ignaciano, Mosetén, Sirionó, Tacana, Yaminawa, Yuki and Yurakaré.
(3) Baure, Canichana, Cayubaba, Itonama, Leco, Machajuyai-Kallawaya, Machineri, Maropa, Movima, Pacawara, Tapiete and Toromona.
(4) Moré, Uru-Puquina.
(5) Guarasu’we (presumed dead).
(6) Usamos datos del Censo Poblacional de 2012 para calcular la mayor parte de los números presentados en este artículo. Específicamente, a las personas se les pregunta qué idioma hablan, nosotras usamos su primera respuesta para determinar el idioma que hablan en su cotidiano.
(7) Para determinar si las personas hablan castellano, usamos ambos, el idioma en el que aprendieron a hablar y los dos primeros idiomas que mencionaron que hablan. Esta interpretación es generosa y no necesariamente significa que las personas pueden redactar un ensayo sin errores, o interpretar un texto complejo, sino que probablemente pueden dejarse entender cuando interactúan con médicos, profesores, burócratas y otras personas con las que necesitan comunicarse para obtener servicios públicos.

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* Lykke E. Andersen, Ph.D., Directora Ejecutiva de SDSN Bolivia.
** Lily Peñaranda, M.Sc., SDSN Bolivia, Directora de Desarrollo.
Los puntos de vista expresados en el blog son responsabilidad de los autores y no reflejan necesariamente la posición de su institución. Esta serie de artículos forma parte del proyecto titulado «Atlas Municipal de los ODS en Bolivia» que actualmente lleva a cabo la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible (SDSN) en Bolivia.

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