01 de mayo de 2020
“Hay mentiras, malditas mentiras y estadísticas de COVID-19”
Johan Norberg
El término cuarentena proviene de Quaranta giorni que significa «cuarenta días», que era el número de días que los barcos y las personas tenían que ser aisladas antes de ser admitidas en la República de Venecia en la época medieval para asegurarse de que no estuvieran infectados por enfermedades infecciosas mortales, como la peste, el cólera, la sífilis o la fiebre amarilla.
En Bolivia ya llegamos a los cuarenta días de «cuarentena inversa» (manteniendo a las personas sanas encerradas para evitar que se infecten por una amenaza externa).
Esta cuarentena inversa nos ha dado un poco de tiempo para comprender el nuevo virus SARS-CoV-2 (Síndrome Respiratorio Agudo Severo, Corona Virus No. 2) y la enfermedad COVID-19 que está causando. La información inicial de China e Italia fue tan aterradora que, para nosotros valió la pena el alto costo de “comprar” tiempo para formular una estrategia sobre cómo enfrentar la amenaza y preparar a la población y al sistema de salud para manejarla de la mejor manera posible. Tenemos muy pocos datos de Bolivia, pero como se trata de una pandemia mundial, podemos aprender mucho de otros países, a pesar de los datos extremadamente imprecisos y defectuosos.
Algunas cosas básicas se han vuelto claras:
- El virus SARS-CoV-2 ha infectado a personas en casi todos los países y territorios del planeta, por lo que la supresión y erradicación del virus ya no es una opción realista [1];
- Muchas personas que contraen el virus no tienen síntomas, lo que ha permitido que este virus se propague fácilmente por todo el mundo [2].
- No hay inmunidad previa, ni ningún tratamiento disponible [3], por lo que el virus no desaparecerá hasta que hayamos logrado la inmunidad grupal, ya sea a través de la vacunación, o por el 60-70% de la población habiendo sido infectada [4];
- Aunque se han desarrollado muchas vacunas potenciales en un tiempo récord, aún deben probarse su seguridad y eficacia, lo que significa que las vacunas a escala global no estarán disponibles durante al menos otros 12 meses. Para cuando una vacuna segura y efectiva esté disponible para miles de millones de personas, puede ser que ya no sea necesaria [5];
- Es probable que la tasa de mortalidad por infección (IFR) se ubique entre 0,1% y 10%, dependiendo de la salud de la población, la composición por edad de la población, la calidad del sistema de atención médica, las políticas promulgadas para enfrentar el problema, y posiblemente el tipo de virus dominante, debido a que al parecer ya hay diferentes cepas circulando [6]. Está claro que los hombres tienen más probabilidades de morir que las mujeres, al igual que las personas mayores con respecto a las más jóvenes, y las probabilidades son más altas también para aquellas con problemas de salud subyacentes, especialmente hipertensión, obesidad y diabetes [7].
Es este contexto, está claro que enfrentamos algunas decisiones difíciles. Aparte de encerrar a todos en el planeta durante muchos meses simultáneamente, no hay forma de evitar que millones de personas mueran por COVID-19. En el mejor de los casos (IFR como la gripe común al 0,1% y el 60% de la población mundial se infecta), veremos que 4,2 millones de personas morirán por esta enfermedad, y deberíamos considerarnos muy afortunados si ese es el número al que lleguemos en los próximos 24 meses. Lo más probable es que haya al menos 5 veces más muertes, lo que significa que al menos 20 millones de personas morirán. Hasta ahora, solo alrededor de un cuarto de millón han muerto, por lo que el mundo aún se encuentra en las primeras etapas de la pandemia (el 98% aún está por llegar).
¿Cómo nos va en Bolivia?
En Bolivia, apenas hemos comenzado el proceso, ya que el confinamiento empezó temprano y de manera exhaustiva. Hasta la fecha, solo tenemos 62 muertes confirmadas por COVID-19, de un rango de entre 7.000 y 800.000 que se esperarían. Este es un rango frustrantemente grande y es difícil tomar decisiones sabias hasta que sepamos más sobre el camino probable de esta epidemia. El objetivo del confinamiento es justamente obtener más información y determinar qué parte del rango es más probable y, por lo tanto, qué tipo de políticas son apropiadas para superar esta pandemia.
En un año normal, alrededor de 24.100 personas mueren por todas las causas en Bolivia. En el mejor de los casos, este virus mataría a 6.600 personas de la tercera edad con otras enfermedades graves, que de todos modos habrían muerto por otras causas este año, lo que no implicaría ningún exceso de mortalidad. Desafortunadamente, ya sabemos que este escenario (el mejor de todos) no se desarrollará, porque entre los primeros en morir por COVID-19 en Bolivia hubo una enfermera embarazada y varias personas sanas menores de 70 años.
¿Qué tan malo va a ser?
Hemos esperado 40 días para descartar el peor de los casos, que sería un IFR del 10%. Los datos originales de Wuhan sugirieron que el 20% de las personas infectadas necesitarían atención hospitalaria para sobrevivir, y que casi el 4,9% de las personas infectadas murieron de todos modos. Además, de más de 1 millón de casos cerrados hasta la fecha en todo el mundo, el 18% ha muerto [8]. Sin embargo, recientes estudios de anticuerpos llevadas a cabo en California [9], Alemania [10], Dinamarca [11] y los Países Bajos [12] sugieren que muchas personas han estado infectadas sin ningún síntoma, lo que significa que el número real de infecciones es mucho mayor que los casos confirmados, lo que implica que los IFR son mucho más bajos de lo que sugieren las tasas oficiales de fatalidad de casos (CFR = muertes / casos confirmados).
En los Estados Unidos, el estado de Nueva York recientemente realizó pruebas aleatorias de anticuerpos en 3.000 individuos para determinar cuántas personas realmente habían sido infectadas y descubrieron que el 13,9% de la población, o aproximadamente 2,7 millones de personas en el estado, ya habían sido infectadas en un momento en el que “solo” se habían registrado 19.453 muertes por COVID-19. Esto sugiere un IFR en el estado de Nueva York de alrededor del 0,72%, o un poco más alto, ya que algunas de estas personas infectadas todavía están en estado crítico y lamentablemente morirán más personas [13].
Por supuesto, Nueva York es uno de los lugares más ricos del planeta, por lo que su IFR puede no ser relevante para Bolivia. Los datos de Perú son probablemente más relevantes para nuestro contexto y afortunadamente Perú ha logrado llevar a cabo más de 300.000 pruebas, mientras que Bolivia solo ha realizado alrededor de 6.000. En Perú, se ha confirmado que más de 37.000 personas tienen el virus, pero hasta ahora solo el 2,8% de los casos confirmados han muerto [8]. Sin embargo, Perú, como todos los demás países, tiene una capacidad de prueba limitada, por lo que en realidad habrá muchos más infectados y, por lo tanto, el IFR será mucho menor.
Con la información disponible aún muy incompleta en este momento, calculo que terminaremos con un IFR de alrededor del 1% para Bolivia (lo que significa entre 0,3% y 2%, dado que todavía hay mucha incertidumbre). Si el 60% de 11,6 millones de personas se infectan, y el 1% de ellas muere, terminaríamos con aproximadamente 70 mil muertes por COVID-19 en Bolivia. El número podría ser menor si hay una vacuna disponible antes de que alcancemos la inmunidad a través de la infección, pero considero que esto es poco probable [5]. La buena noticia es que más de 11 millones de bolivianos no morirán por COVID-19.
Intervenciones proporcionales
Nos enfrentamos a una situación innegablemente difícil, como todos los demás países. Sin embargo, lo que definitivamente tenemos que asegurarnos es no empeorar las cosas más de lo que ya implica esta situación. 70.000 muertes sin lugar a dudas es una tragedia. Pero parece aún peor si estas personas pasan los últimos momentos de sus vidas completamente solas, rechazadas y aisladas en hospitales designados de COVID, sin familiares, amigos, ni funerales. Sería peor aún si, al mismo tiempo, aún más personas están perdiendo sus medios de vida, sus inversiones y sus sueños debido a la cuarentena. Si además los niños comienzan a morir de hambre porque a sus padres no se les permite trabajar [14], sería un desastre total. Si perdemos nuestros derechos humanos y libertades básicas y no podemos ver y abrazar a nuestros seres queridos durante años [15], es simplemente un pensamiento insoportable.
Es por eso que debemos asegurarnos de que nuestras intervenciones estén bien pensadas y basadas en la mejor evidencia posible. Tenemos suerte de que nuestro país se haya infectado relativamente tarde (primer caso confirmado el 10 de marzo de 2020), además logramos mantener bajos los números durante los primeros meses a través de estrictas medidas de cuarentena, lo que significa que tenemos el regalo del tiempo que nos permite aprender de las buenas y malas experiencias en otros países, y de toda la nueva investigación científica que está surgiendo para ayudarnos a comprender mejor nuestras opciones.
Aplanar la curva es claramente necesario
No estoy sugiriendo que debamos aplanar la curva para que nuestro sistema de atención médica no colapse, ya que colapsó con el caso del primer paciente [16]. Pero sí sugiero que aplanemos la curva lo suficiente como para asegurarnos de que podamos manejar física, mental y socialmente a todas las personas fallecidas de una manera digna. Si no distribuimos nuestras 70.000 muertes esperadas de la manera más uniforme posible durante al menos un año, experimentaremos los horrores de los cadáveres que se acumulen en las calles, como estamos viendo en Guayaquil, Ecuador [17]. Si pudiéramos distribuir nuestras 70.000 muertes esperadas de manera uniforme en los próximos 12 meses, tendríamos alrededor de 1.350 muertes por COVID-19 por semana. Es probable que algunos de los fallecidos hubieran muerto por otras causas de todos modos, pero está claro que deberíamos prepararnos para aumentar nuestra capacidad fúnebre, porque en Bolivia normalmente manejamos no más de 1,300 muertes por semana de todas causas.
¿Cómo es la gestión exitosa de una pandemia global?
Idealmente, deberíamos haber eliminado esta epidemia de raíz, como logramos hacerlo con el primer brote de SARS en 2003, el brote de MERS en 2012, el brote de Ébola en 2014 y, esperamos, la mayoría de los brotes similares en el futuro. Sin embargo, esta vez el mundo no pudo hacerlo y con millones de personas infectadas en todo el mundo, la erradicación ya no es realista. Algunas pocas naciones insulares ricas pueden probar, rastrear y aislar casos y mantener el virus bajo control hasta que haya una vacuna disponible, pero para la mayoría de los países del mundo, incluida Bolivia, esa no es una aspiración realista.
Mis criterios de éxito son mucho menos ambiciosos: si menos del 0,6% de la población muere a causa de COVID-19 en los próximos 12 meses, y si ese desafortunado 0,6% murió con sus seres queridos tomados de la mano, y los miembros de la familia y amigos cercanos tuvieron la oportunidad de presentar sus respetos y procesar sus pérdidas, y si la economía se contrajo menos del 5% (un retroceso de menos de 2 años), entonces lo consideraría un manejo exitoso de una pandemia ineludible sin curas conocidas disponibles.
¿Cómo manejamos con éxito esta epidemia?
La clave es evitar picos de muerte enormes e inmanejables. Eso requerirá medidas de distanciamiento social cuidadosamente calibradas.
Todos deben implementar algunas medidas “sencillas” de distanciamiento social en todo momento hasta que termine esta pandemia:
- Evitar besos, abrazos y apretones de manos; pero intentar ser amable con todos de todos modos;
- Evitar aglomeraciones de mucha gente, lo que significa que no habrá eventos deportivos, conciertos, carnavales, festivales, eventos de graduación ni reuniones religiosas; pero implementar nuevas formas creativas de diversión;
- Mantener una distancia de 2 metros con los extraños, interactuar con la menor cantidad posible de personas diferentes y usar un barbijo si se tiene que estar cerca de otros;
- Evitar tocar superficies de uso común que muchas otras personas también tocan, además lavarse bien las manos después de tocar una superficie potencialmente infectada;
- Trabajar y estudiar desde casa tanto como sea posible y limitar las interacciones a la menor cantidad posible de personas.
- Cuando no sea posible trabajar desde casa, implementar horarios de trabajo flexibles y/o escalonados para reducir la ocupación máxima en los sistemas de transporte público y lugares de trabajo.
Estas medidas simples pueden reducir sustancialmente las tasas de infección, pero pueden no ser suficientes. Las medidas más estrictas pueden ser necesarias en ciertos lugares si las infecciones aumentan por algún motivo.
Monitoreo de brotes
Para saber cuándo son necesarias las medidas más estrictas, necesitamos un sistema de monitoreo extremadamente bueno de la epidemia. Idealmente, tendríamos que tener una capacidad de prueba masiva como Islandia o Corea del Sur, sin embargo, Bolivia tiene la capacidad de prueba más baja en América del Sur con menos de una prueba por cada mil personas [18], por lo que tenemos que ser realistas sobre lo que es realmente factible.
Hay dos opciones alternativas que podrían proporcionarnos información valiosa en tiempo real sobre cómo está evolucionando la pandemia:
- Una aplicación de seguimiento diaria de síntomas en nuestros celulares, que podría alertar a las autoridades sobre un brote local y ayudar a las personas a obtener la ayuda que necesitan. Existe una aplicación simple de este tipo en el Reino Unido, y se utilizan aplicaciones mucho más elaboradas en muchos lugares de Asia [19]. Sin embargo, es complicado en Bolivia, ya que requiere altos niveles de confianza en el Gobierno, además que la población necesitaría percibir beneficios concretos por usar la aplicación. Por ejemplo, podría estar vinculado a una generosa donación de minutos gratuitos de telefonía y acceso a Internet, consultas de telemedicina, entrega gratuita de medicamentos y más. Dicha aplicación sería relativamente fácil de desarrollar en teoría, pero requeriría reflexiones serias sobre cómo lograr que una gran parte de la población confíe y use la aplicación a diario.
- Una opción menos exigente es monitorear las muertes semanales por todas las causas a nivel subnacional (idealmente municipal), para alertarnos si en alguna región el número de muertos está creciendo demasiado rápido y, por lo tanto, sería necesario implementar medidas de distanciamiento social más estrictas y recibir más apoyo del gobierno central. EuroMOMO sería un buen modelo para esto [20].
Ambas opciones serían mucho menos costosas y perjudiciales que cerrar todo el país durante muchos meses. Se podría diseñar un sistema de semáforo para comunicar claramente los niveles actuales de restricciones en diferentes partes del país. De hecho, esto debería ser parte de la aplicación mencionada anteriormente.
Una transición sostenible hacía una nueva Bolivia
Sean cuales sean los sistemas que implementemos, debemos asegurarnos de que puedan mantenerse a lo largo del tiempo, ya que esto llevará al menos un año, y el mundo va a ser diferente cuando esto se termine. Las familias y las empresas tendrán que adaptarse a estas nuevas circunstancias y el gobierno debe apoyarlas durante esta transición. Mínimamente, el gobierno debe asegurarse de que nadie muera de hambre (las personas deberían poder solicitar ayuda a través de la aplicación si tienen necesidades urgentes, por lo que el gobierno necesita desarrollar la infraestructura necesaria para responder).
El gobierno también tiene que acelerar las inversiones en infraestructura crucial, como agua, saneamiento, electricidad e Internet. Este también es el momento para flexibilizar el mercado laboral para facilitar una transición más ágil de las empresas y trabajadores bolivianos a un mercado que está cambiando muy rápidamente, y no de manera transitoria. También sería una buena idea simplificar el proceso de cierre de empresas insostenibles, para que las personas puedan destinar su tiempo y dinero hacia la creación de nuevas empresas, en lugar de pasar meses o años pasando por todos los procedimientos ridículamente difíciles para cerrar una empresa.
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Notas al pie:
[1] Bolivia, así como varios otros países liderados por mujeres, como Taiwán, Hong Kong, Nueva Zelanda, Islandia, Noruega, Finlandia y Alemania, podrían potencialmente suprimir y eliminar el virus, pero eso no nos ayuda mucho en este mundo globalizado, si hay países importantes liderados por hombres a nuestro alrededor que no lo hacen (por ejemplo, Estados Unidos, Reino Unido y Brasil).
[2] Por ejemplo, 408 residentes en un refugio para personas sin hogar en Nueva York se hicieron la prueba del virus, y se descubrió que el 36% de ellos tenían el virus, pero el 87,7% de las personas que tenían el virus no tenían ningún síntoma. (https://jamanetwork.com/journals/jama/fullarticle/2765378?guestAccessKey=a5d28066-8f72-4633-a291-90b472754093&utm_source=silverchair&utm_medium=email&utm_campaign=article_alert-jama&utm_content=olf&utm_term=042720).
[3] Los países de todo el mundo han estado luchando por comprar ventiladores mecánicos, pero este no es un tratamiento, solo proporciona soporte vital mientras el propio sistema inmunológico lucha contra el virus. Un estudio reciente en 12 hospitales de Nueva York muestra que la gran mayoría de los pacientes con COVID-19 con respiradores mueren. De hecho, de los mayores de 65 años, el 97,2% de los pacientes con COVID-19, habían muerto. Para los pacientes de 18 a 65 años, el 76,4% había muerto. Ver: Richardson S, Hirsch JS, Narasimhan M, et al. Presenting Characteristics, Comorbidities, and Outcomes Among 5700 Patients Hospitalized With COVID-19 in the New York City Area JAMA. Publicado en línea el 22 de abril de 2020. doi: 10.1001 / jama.2020.6775 (https://jamanetwork.com/journals/jama/fullarticle/2765184).
[4] Algunas personas se preguntan si incluso podremos lograr la inmunidad, ya que algunas personas que previamente habían sido diagnosticadas y luego aclaradas, han contraído el virus por segunda vez en unos pocos meses (https://www.reuters.com/article/us-health-coronavirus-who/who-says-looking-into-reports-of-some-covid-patients-testing-positive-again-idUSKCN21T0F1?il=0). Consulte también esta nota sobre la investigación de inmunidad del virus Corona en la Universidad de Columbia: https://www.technologyreview.com/2020/04/27/1000569/how-long-are-people-immune-to-covid-19/?fbclid=IwAR3fkGPtqipyy_eieEBWaWOTeDnsdxkcb8BMpkYOXlaBW10OYaPs0CmUFVk.
[5] Vea este artículo para una discusión de lo que se necesita para desarrollar, probar, producir y distribuir una nueva vacuna: https://unherd.com/2020/04/when-we-get-the-covid-19-vaccine/?tl_inbound=1&tl_groups[0]=18743&tl_period_type=3.
[6] El científico chino que originalmente propuso el bloqueo de Wuhan, el Dr. Li Lanjuan, ha llevado a cabo una secuenciación ultra-profunda del ARN en diferentes muestras, y dice que el virus SARS-CoV-2 muta más rápido de lo que se pensaba anteriormente, y que algunas cepas son más infecciosas y más letales que otras (https://www.scmp.com/news/china/science/article/3080771/coronavirus-mutations-affect-deadliness-strains-chinese-study).
[7] Richardson S, Hirsch JS, Narasimhan M, et al. Presenting Characteristics, Comorbidities, and Outcomes Among 5700 Patients Hospitalized With COVID-19 in the New York City Area. JAMA. Published online April 22, 2020. doi:10.1001/jama.2020.6775 ( https://jamanetwork.com/journals/jama/fullarticle/2765184).
[8] Ver https://www.worldometers.info/coronavirus/.
[9] Investigadores de Stanford realizaron pruebas de anticuerpos en 3.300 voluntarios (una muestra no aleatoria obtenida a través de anuncios de Facebook) en Santa Clara, California, y descubrieron que el 1,5% de la muestra dio positivo para los anticuerpos, lo que sugiere que el número real de COVID -19 la infección fue 50-85 veces mayor que las cifras oficiales para el 1 de abril de 2020 (https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2020.04.14.20062463v1.full.pdf). Sin embargo, debe tenerse en cuenta que esta no fue una muestra aleatoria. Los voluntarios que respondieron al anuncio podrían ser personas que habían experimentado los síntomas de COVID-19 y estaban ansiosos por saber si ya habían tenido el virus.
[10] Los investigadores realizaron pruebas de anticuerpos en habitantes de Gangelt, un municipio alemán cerca de la frontera con los Países Bajos, que fue golpeado por covid-19 después de una celebración de carnaval en febrero. Descubrieron que el 14% de la población ya había sido infectada a fines de marzo (https://www.technologyreview.com/2020/04/09/999015/blood-tests-show-15-of-people-are-now- inmune a covid-19-in-one-town-in-germany /).
[11] Del 6 al 8 de abril de 2020, Dinamarca analizó 3.898 donaciones de sangre de personas asintomáticas y descubrió que el 1,9% tenía anticuerpos COVID-19 (https://www.ecdc.europa.eu/sites/default/files/documents/covid-19-rapid-risk-assessment-coronavirus-disease-2019-ninth-update-23-april-2020.pdf).
[12] Entre el 6 y el 12 de abril de 2020, los Países Bajos analizaron 4.194 donaciones de sangre y descubrieron que el 3,4% tenía anticuerpos COVID-19 (https://www.ecdc.europa.eu/sites/default/files/documents/covid-19-rapid-risk-assessment-coronavirus-disease-2019-ninth-update-23-april-2020.pdf).
[13] Vea la discusión del Dr. John Campbell sobre estos resultados aquí: https://www.youtube.com/watch?v=ypsUIh41xUw.
[14] Desafortunadamente, esto ya ha comenzado a suceder en Bolivia. Una niña de 12 años en el municipio de Montero se suicidó después de estar en cuarentena sin alimentos durante varios días con su madre y sus 7 hermanos (https://www.lostiempos.com/actualidad/pais/20200422/tragica-muerte-menor-enluta-familia-humilde-montero-piden-ayuda-entierro).
[15] Mientras que otros países ayudan, o al menos permiten, que sus nacionales regresen a sus hogares, Bolivia ha cerrado sus fronteras con tanta fuerza que muchos bolivianos han quedado varados en los cruces fronterizos o en cualquier lugar donde se encontraban en el momento del bloqueo. Fue especialmente inhumano el trato hacia un grupo de bolivianos, incluidas mujeres embarazadas y mujeres con bebés, que intentaron llegar a casa desde Chile a fines de marzo (https://eldeber.com.bo/171695_bolivianos-en-la-frontera-con-chile-claman-por-volver-y-el-gobierno-les-responde-que-no). También me horrorizó leer que un alcalde de la oposición en Cochabamba fue arrestado en su casa la semana pasada por tocar música a todo volumen y beber chicha junto con su familia más cercana. Aunque resultó negativa en la prueba de alcohol realizada en la «escena del crimen», las ocho personas presentes fueron arrestadas y el menor fue enviado a un centro de acojo para niños (https://erbol.com.bo/seguridad/alcaldesa-de-vinto-dice-que-s%C3%B3lo-%E2%80%9Cbrind%C3%B3%E2%80%9D-con-una-%E2%80%9Ctutuma-de-chicha%E2%80%9D).
[17] https://www.nytimes.com/2020/04/23/world/americas/ecuador-deaths-coronavirus.html?smid=tw-share.
[18] Ver https://ourworldindata.org/coronavirus.
[19] Aquí está la aplicación de seguimiento diaria de síntomas utilizada en el Reino Unido: https://covid.joinzoe.com/. Google y Apple también están trabajando para desarrollar una aplicación de rastreo de contactos que pueda alertar si ha estado cerca de una persona infectada con COVID-19 confirmada (https://www.theverge.com/2020/4/10/21216715/apple-google-coronavirus-covid-19-contact-tracing-app-details-use), pero esto tendría que usarse junto con pruebas extensivas y requiere una población muy disciplinada para que las personas se auto aíslen por dos semanas solo porque el teléfono indica que han pasado por una persona infectada, por lo que no parece ideal para Bolivia.
[20] EuroMOMO es una actividad europea de monitoreo de la mortalidad, cuyo objetivo es detectar y medir el exceso de muertes relacionadas con la influenza estacional, pandemias y otras amenazas a la salud pública (https://www.euromomo.eu/graphs-and-maps/).
* SDSN Bolivia.
Los puntos de vista expresados en este blog son responsabilidad de los autores y no necesariamente reflejan la posición de la institución. Estas publicaciones forman parte del proyecto “Atlas municipal de los ODS en Bolivia”, el cual está siendo desarrollado por la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible (SDSN) en Bolivia.