Una lluvia de plástico… literal

La producción de plástico en el mundo ha incrementado de gran manera en los últimos años. Su presencia hoy en día ya no solo se encuentra en superficies terrestres o acuáticas, sino que la misma también ha pasado a ser un problema de contaminación atmosférica.

Si bien existe una falta de información sobre la deposición o transporte de micro o nanoplásticos [1] atmosféricos, en los últimos años los científicos han empezado a analizar muestras atmosféricas y de precipitaciones en algunos lugares del mundo, encontrando la presencia de estos en proporciones inimaginables. Por ejemplo, en los Pirineos del sur de Francia, se ha registrado una tasa diaria de 365 partículas microplásticas por metro cuadrado que caen del cielo. [2], que han llamado especialmente la atención debido a que no se han registrado posibles fuentes de donde puedan provenir estos microplásticos en alrededor de cien kilómetros de radio. Esto invita a un análisis más profundo sobre la capacidad de transporte de estas partículas de plástico. Por otro lado, un estudio realizado en el oeste estadounidense que recolectó muestras de agua de lluvia y aire durante 14 meses, estimó que anualmente caen más de 1.000 toneladas 

métricas de partículas microplásticas en 11 áreas protegidas. [3]

Se ha podido observar que el 98% de las muestras recolectadas contenían partículas de microplásticos. [4] Asimismo, debido a que las partículas de plástico provenientes de la lluvia eran más grandes que las partículas recolectadas por el viento, se cree que estas partículas de plástico pueden ser capaces de provenir de lugares más lejanos, considerando que las partículas de polvo del Sahara son transportadas por el viento a través del Atlántico llegando a caer en la selva amazónica, por lo que la capacidad de transporte de los microplásticos es aún mayor ya que su densidad es menor que las partículas del suelo.

Asimismo, para tener una idea de cuán compleja es esta problemática, un estudio en el Ártico muestra que se han encontrado hasta casi 14.000 partículas microplásticas por litro de nieve, lo que llama especialmente la atención es que muchas de estas muestras fueron tomadas incluso en las áreas más remotas del Ártico. [5] Si bien no existe una respuesta clara sobre de dónde provienen estos microplásticos, los investigadores creen que los mismos provienen de Europa.

Todo este contexto, nos da señales de que el problema de los plásticos no sólo se limita a una contaminación local, sino que la misma llega a tener efectos en distintas áreas geográficas, incluso alejadas del lugar donde se generan estos desechos. Los ejemplos mencionados son exclusivamente muestras de algunos de los escasos estudios realizados, por lo que la realidad puede verse agravada si es que se replica el mismo análisis o se lo profundiza en distintos lugares del mundo.

Lo cierto es que, desde que se inició con la producción del plástico por los años 1950s, la misma sólo ha ido incrementando. En 1950 el mundo producía 2 millones de toneladas de plástico anualmente, mientras que las cifras registradas para el año 2015 son de aproximadamente 381 millones de toneladas anuales, por lo que la producción ha incrementado en casi 200 veces.

 

Gráfico 1
Producción Global de Plástico (millones de toneladas)

Fuente: Elaboración propia en base a datos de Geyer, R. et al. [6]

 

Como se puede ver en el Gráfico 1, la producción global de plástico [7] ha tenido una tendencia creciente desde que empezó su producción. Sin embargo, se puede ver tres caídas o periodos en los que prácticamente la producción se mantuvo constante durante el ciclo, los mismos corresponden a crisis económicas de esos periodos de tiempo.

La primera se registra entre los años 1973 a 1976, en el que en 1975 tuvo la primera caída en la producción, [8] este periodo se ve alineada con la crisis de la recesión de 1973-1975 o también llamada recesión de la década de 1970, por la crisis del petróleo de 1973 y el colapso del sistema de gestión económica internacional de Bretton Woods con el llamado «Nixon shock». Este fue un período de estancamiento económico en gran parte del mundo occidental que puso fin al auge económico que siguió a la Segunda Guerra Mundial, la misma derivó en una contracción de la economía global de casi 1%.

La segunda caída en la producción de plástico o de crecimiento prácticamente nulo se registra entre los años 1979 a 1982, donde también se experimentó una severa crisis económica. Esta recesión de principios de 1980s tuvo un alto desempleo sobre todo en los países de la OCDE. Esta recesión, originada como un arrastre de la pasada crisis del petróleo de 1973 y la crisis energética de 1979, tuvo como consecuencia que la economía mundial se contrajera en 1.3%. La misma conllevó a un reducción en la producción de plástico el año 1980. [9]

Finalmente, la última caída y la más reciente fue en el periodo 2007-2009, durante la cual la producción de plástico tuvo una tasa de crecimiento baja (2.4% en el periodo 2008-2009), e incluso negativa para el año 2008, donde la misma cayó en un 5%. Esta caída en la producción de plástico también se vio vinculada con la crisis financiera y el colapso del mercado inmobiliario en Estados Unidos, la misma que derivó en una contracción de la economía mundial en aproximadamente un 3%. [10]

En la actual crisis económica que estamos viviendo y que se avecina el Banco Mundial estima que la contracción de la economía mundial podría llegar a poco más del 5% a causa del COVID-19 [11]. Sin embargo, todo parece indicar que el escenario será diferente a lo que se ha vivido en pasadas crisis económicas en cuanto a la producción de plástico.

La actual pandemia del COVID-19 ha tenido varios efectos medioambientales tanto positivos como negativos. Entre los positivos claramente podemos mencionar una reducción en las emisiones de gases de efecto invernadero. Por ejemplo, se proyecta una caída entre el 4,2% y 7,5% de las emisiones de dióxido de carbono al finalizar el año dependiendo de la evolución de la pandemia y las medidas adoptadas para contenerla. [12] Sin embargo, dentro de los efectos negativos al medio ambiente más relevantes de la pandemia, se encuentra la producción de plástico.

La actual pandemia, ha generado un incremento en la generación de basura, especialmente del plástico, debido al uso de barbijos, guantes, frascos de alcohol, un aumento de los empaquetados de alimentos para la entrega de las compras, entre otros.

Por ejemplo, Tailandia había prohibido las bolsas de plástico desechables en las principales tiendas en enero debido a que tenía planes de reducir la generación de desechos para el presente año. Sin embargo, estiman que la misma va a tener un incremento de 30% por la pandemia. Asimismo, Bangkok solamente durante el mes de abril, consumió un 62% más de plástico que los doce meses anteriores [13].

Por otro lado, durante el confinamiento de ocho semanas, los 5,7 millones de residentes de Singapur generaron 1.470 toneladas adicionales de desechos plásticos solo de empaques para llevar y entregar alimentos. Las máscaras desechadas a menudo se ven en las aceras, algo impensado para esta ciudad-estado por las fuertes sanciones que implica el botar basura [14].

Asimismo, en Estados Unidos los desechos médicos han incrementado seis veces, [15] ya que el plástico es un material imprescindible para los equipos de protección individual del personal sanitario, alcanzando las 240 toneladas métricas diarias de residuos.

Si bien, para el caso de Bolivia no existen datos precisos, el panorama es similar al del mundo dadas las medidas optadas para combatir la pandemia. Incluso algunos reportes fundamentan sobre la veracidad de este incremento de residuos sólidos, y sobre todo plástico en Bolivia, debido al contexto que estamos viviendo por la pandemia. Por ejemplo, en el eje metropolitano de Cochabamba, la generación de basura ha incrementado en un 9% [16]. Por otro lado, se ha visto el mismo escenario para la ciudad de Tarija, donde el incremento de la generación de la basura doméstica ascendió a un 30% [17].

Queda claro, que la prioridad tanto local, como mundial debe ser combatir de la mejor manera posible al COVID-19. Sin embargo, no se debe dejar de lado la crisis ambiental que también aqueja al mundo, ya que esta misma puede agravarse y llegar a ser irreversible.

En la generación de plástico el problema no se limita al gran incremento en su producción y la cantidad de tiempo que toma en “degradarse”, sino que algunos estudios [4] han demostrado que el plástico realmente no desaparece, sino que el mismo simplemente se va convirtiendo en partículas cada vez más pequeñas.

Esta desintegración del plástico en partículas más pequeñas e invisibles a la vista humana permite su permanencia en distintos ciclos de varios sistemas ecosistémicos, como ser del agua, tierra y aire. La presencia de estos elementos puede llegar a afectar la composición del suelo. Por ejemplo, se ha visto que estas pequeñas partículas de plástico tienden a filtrar los químicos que lo componen en las superficies donde se encuentran localizadas cambiando las propiedades térmicas del suelo, alterando la forma en que absorbe y almacena el calor. También pueden alterar la presencia de microbios que normalmente viven allí. [18] Este mismo análisis puede ser visto intuitivamente para los otros distintos sistemas, tanto el agua como el aíre.

Asimismo, se sabe que la ingesta de plástico en varios animales ha ocasionado deformaciones, obstrucciones en el aparato digestivo, severos daños e incluso la muerte, es por eso que pensar en que la ingesta, incluso de pequeñas partículas de plástico, en el ser humano también podría llegar a tener consecuencias negativas para la salud es bastante intuitivo.

Sin lugar a dudas se van a necesitar fuertes medidas para reactivar la economía, por la profunda crisis derivada de la pandemia. Sin embargo, se debe procurar y ver a la golpeada economía global como una oportunidad a una transformación del sistema económico para optar por sistemas económicos y productivos sostenibles.

 

Notas y referencias

[1] Los microplásticos son piezas muy pequeñas de desechos plásticos (menos de 5 milímetros de longitud, los nanoplásticos, tienen un tamaño entre 1 y 100 nanómetros, lo que las hace capaces de atravesar las membranas biológicas y afectar el funcionamiento de las células), los cuales se originan a medida que estos desechos se degradan lentamente rompiéndose en pedazos cada vez más pequeños. De acuerdo a Wetherbee, G.A., (2019) casi cualquier cosa que esté hecha de plástico podría estar arrojando partículas a la atmósfera.
Wetherbee, G. A., Baldwin, A. K., & Ranville, J. F. (2019). It is raining plastic (No. 2019-1048). US Geological Survey. En: https://pubs.usgs.gov/of/2019/1048/ofr20191048.pdf

[2] Allen, S., Allen, D., Phoenix, V. R., Le Roux, G., Jiménez, P. D., Simonneau, A., … & Galop, D. (2019). Atmospheric transport and deposition of microplastics in a remote mountain catchment. Nature Geoscience, 12(5), 339-344.

[3] Los investigadores de este estudio recolectaron muestras de agua de lluvia y aire durante 14 meses, en 11 áreas protegidas en el oeste de Estados Unidos, las mismas son: Grand Canyon, Wind River Range, Craters of the Moon, Rocky Mountain, Joshua Tree, Uinta High Wilderness, Canyonlands, Indian Peaks, East River, Great Basin y Bryce Canyon.

[4] Brahney, J., Hallerud, M., Heim, E., Hahnenberger, M., & Sukumaran, S. (2020). Plastic rain in protected areas of the United States. Science, 368(6496), 1257-1260.

[5] Bergmann, M., Mützel, S., Primpke, S., Tekman, M. B., Trachsel, J., & Gerdts, G. (2019). White and wonderful? Microplastics prevail in snow from the Alps to the Arctic. Science Advances, 5(8), eaax1157.

[6] Geyer, R., Jambeck, J. R., & Law, K. L. (2017). Production, use, and fate of all plastics ever made. Science Advances, 3(7), e1700782.

[7] Los datos contemplan la producción mundial anual de resina de polímero y fibra (producción de plástico), medida en toneladas métricas por año.

[8] La tasa de crecimiento promedio de producción de plástico desde 1950 a 1973 fue de 12.3% anualmente, llegando incluso a tener un crecimiento de 33% entre 1953-1952. Sin embargo, durante este periodo de crisis económica (1973-1976) y específicamente el año 1975 la misma llegó a caer en un 13%, de una producción de 52 a 46 millones de toneladas de plástico, la primera caída desde que se empezó este crecimiento de la producción mundial de plástico.

[9] A partir de 1970 a 2015, la tasa de crecimiento de producción de plástico fue de aproximadamente 5% anualmente. Sin embargo, además del crecimiento negativo registrado en 1975, se registra un segundo crecimiento negativo en 1980 de -1.4%, los siguientes dos años, la tasa de crecimiento de producción del plástico se mantuvo bajo, en 2.8% y 1.4%. Para esos años, la producción global equivalía a 71 millones de toneladas de plástico (1979) y llegó a 73 millones de toneladas en 1982.

[10] BBC News Mundo., (2020), Las 14 recesiones de los últimos 150 años (y por qué la del coronavirus sería la cuarta peor). https://www.bbc.com/mundo/noticias-53303499

[11] World Bank. 2020. Global Economic Prospects, June 2020. Washington, DC: World Bank. DOI: 10.1596/978-1-4648-1553-9. License: Creative Commons Attribution CC BY 3.0 IGO.

https://www.bancomundial.org/es/publication/global-economic-prospects

[12] Le Quéré, C. et al. (2020). Temporary reduction in daily global CO2 emissions during the COVID-19 forced confinement. Nature Climate Change (2020). Disponible en: https://www.nature.com/articles/s41558-020-0797-x

[13] Thailand Environment Institute-TEI (2020), Solid Waste During COVID-19. En: http://www.tei.or.th/en/blog_detail.php?blog_id=49

[14] Bengali. S., (2020), The COVID-19 pandemic is unleashing a tidal wave of plastic waste. Los Angeles Times. En: https://www.latimes.com/world-nation/story/2020-06-13/coronavirus-pandemic-plastic-waste-recycling

[15] Calma. J., (2020), The COVID-19 pandemic is generating tons of medical waste. The Verge. En:

https://www.theverge.com/2020/3/26/21194647/the-covid-19-pandemic-is-generating-tons-of-medical-waste

[16] Opinión, Diario Digital (2020), Basura aumenta un 9% en el eje metropolitano durante la cuarentena. En: https://www.opinion.com.bo/articulo/cochabamba/basura-aumenta-9-eje-metropolitano-cuarentena/20200425220507764215.html

[17] ATB Digital (2020), Durante la cuarentena se incrementó en un 30% la basura doméstica en Tarija. En: https://www.atb.com.bo/sociedad/durante-la-cuarentena-se-increment%C3%B3-en-un-30-la-basura-dom%C3%A9stica-en-tarija

[18] Matt. S., (2020), Plastic Rain Is the New Acid Rain. Wired Science. En: https://www.wired.com/story/plastic-rain-is-the-new-acid-rain/

Los puntos de vista expresados en este blog son responsabilidad de los autores y no necesariamente reflejan la posición de las instituciones. Estas publicaciones forman parte del proyecto “Atlas municipal de los ODS en Bolivia”, el cual está siendo desarrollado por la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible (SDSN) en Bolivia.

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