15 de mayo de 2024

Este artículo es un resumen del trabajo de investigación liderado por Juan Nelson Churqui Aquino de la Univesidad Andina Simón Bolivar para la maestría en Derecho Institucional, quien fue seleccionado como ganador de la Segunda Convocatoria de ORBITA para el Financiamiento de Tesis Sobre Turismo, Género y Desarrollo Sostenible en Bolivia.

Introducción

En el ámbito de la economía turística de Bolivia, persisten diversos desafíos que deben ser superados para consolidar destinos con un potencial atractivo, gracias a su riqueza natural y cultural, tanto para turistas nacionales como extranjeros. Estos desafíos incluyen mejorar la infraestructura de hospedaje, las condiciones de las carreteras, la disponibilidad de puntos de información y garantizar la seguridad de los visitantes, quienes pueden enfrentarse a diversos riesgos, como actos delictivos o violencia.

Uno de los problemas vinculados con la actividad turística es la demanda por parte de los turistas de servicios sexuales, la cual está relacionada con el turismo sexual y la trata de personas. A partir de esta situación, se realizó una investigación cuyos resultados reflejan aspectos poco estudiados y analizados del fenómeno delictivo.

Cabe indicar que el turismo en el Estado boliviano se constituye como un sector importante para la economía. Según datos de la OIT “el turismo contribuyó con el 4.2% al PIB nacional, generando más de 400 mil empleos directos e indirectos, constituyéndose en la cuarta industria en generar divisas”[1]. Asimismo, en la gestión 2022, según el Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural se generó “un movimiento económico de más de Bs. 736 millones en turismo interno y Bs. 2.217 millones en turismo receptivo”[2].

La trata de personas en la coyuntura boliviana

Conforme los datos de la Fiscalía General del Estado (FGE), desde la gestión 2012 a octubre del 2023 se registraron 8.592 casos vinculados con la trata de personas a nivel nacional. Con un total de 10.173 víctimas registradas en el mismo periodo (Gráfico 1) de las cuales el 61% (6.164) son mujeres, el 24% (2.423) hombres y el 15% (1.586) son víctimas sin identificación de sexo.

Gráfico 1. Cantidad de víctimas registradas por Trata de personas (2012-2023)

Fuente: Elaboración propia con datos de los Informes de Rendición Pública de Cuentas de la FGE.

Un dato importante proporcionado por la FGE es la nacionalidad de las víctimas, donde el 4% (433) son extranjeras, el 54% (5.436) son de nacionalidad boliviana, y el 42% (4.304) son víctimas sin información acerca de su nacionalidad. De las 433 víctimas extranjeras, la mayoría son haitianas (42%), seguidas de venezolanas (24%) y colombianas (8%).

Gráfico 2. Víctimas extranjeras según nacionalidad

Fuente: Elaboración propia con datos de la FGE.

Las trabajadoras sexuales y su percepción del delito

En el marco de la presente investigación, se llevó a cabo un estudio a nivel nacional que incluyó la participación de 1.241 mujeres dedicadas al trabajo sexual, la distribución por departamento de las mismas, es la siguiente: La Paz (39.7%), Santa Cruz (27.4%) y Potosí (11%) con una mayor tasa de participación en la encuesta, seguido de Oruro (8%), Beni y Chuquisaca (4%), Cochabamba (3%) y Tarija y Pando (1%).

Grafico 3. Trabajadoras sexuales por departamento

Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta realizada.

En cuanto a la demanda de servicios sexuales por parte de turistas extranjeros, el 70% de las encuestadas indicó que alguna vez atendió a extranjeros. Nuevamente los departamentos de La Paz (47%), Santa Cruz (25%) y Oruro (10%) son los que registran la mayor cantidad de demanda. En el caso de los dos primeros departamentos, a priori se podría indicar que se debe a que son dos de los puntos de ingreso y con destinos turísticos más visitados a nivel nacional.

Gráfico N° 4. Trabajadoras sexuales que indicaron haber tenido relaciones sexuales con extranjeros

Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta realizada.

Un 26% de las encuestadas, indicó que los extranjeros que atendieron, les afirmaron haber llegado exclusivamente para tener relaciones sexuales. De este porcentaje, el departamento de La Paz (58%) registró la mayor cantidad de respuestas afirmativas.

Gráfico N° 5. Extranjeros que afirmaron a las trabajadoras sexuales que llegaron a Bolivia por los servicios sexuales

Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta realizada.

Un 18% informó conocer a personas que se encuentran reclutando o buscando a mujeres para trabajar ofreciendo servicios sexuales exclusivamente para extranjeros. Siendo los departamentos de La Paz (39%), Santa Cruz (23%), Pando y Oruro (15%) respectivamente, en los cuales se identificó la mayor cantidad de respuestas afirmativas.

Gráfico N° 6. Trabajadoras sexuales que indicaron conocer sobre el reclutamiento para el trabajo sexual exclusivo con extranjeros

Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta realizada.

Un 45% de las mujeres encuestadas indicaron que en algún momento les han preguntado dónde encontrar a niñas o adolescentes con el fin de tener relaciones sexuales con ellas, siendo los departamentos de La Paz (37%), Santa Cruz (33%) y Oruro (12%) los que registran la mayor cantidad de respuestas afirmativas.

Gráfico N° 7. Trabajadoras sexuales a quienes se les preguntaron dónde encontrar a niñas o adolescentes para tener relaciones sexuales

Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta realizada.

Visitas in situ a tres municipios turísticos (Rurrenabaque, Caranavi y Apolo)

En marco de la presente investigación se realizaron visitas in situ a tres municipios que, por sus características históricas, son referentes turísticos a nivel nacional. Durante estas visitas se desarrollaron entrevistas con diversas autoridades locales, abarcando a representantes de los Gobiernos Autónomos Municipales (GAM), la Policía Boliviana, la Defensoría del Pueblo, autoridades indígenas originarias y también se incluyó a los prestadores de servicios de moto taxis.

Rurrenabaque – Beni: Respecto al fenómeno del turismo sexual, las autoridades locales informaron que no tienen conocimiento de hechos vinculados con tal situación (turismo sexual en específico). Sin embargo, si alertaron la presencia de ciudadanos extranjeros – colombianos, brasileros y chinos – así como nacionales, dedicados a la explotación minera y al transporte. Los entrevistados indican que son éstos quienes usualmente buscan y solicitan servicios sexuales en los más de 10 lugares que se tienen identificados donde se ejerce el trabajo sexual (lenocinios).  

Igualmente, se identificó una problemática emergente con la presencia de niñas y niños de la comunidad Eyiyoquibo perteneciente al pueblo indígena Esse Ejja, quienes han adoptado como modus vivendi la mendicidad[3] y la prostitución. Esta situación con las y los niños de Esse Ejja, conllevó a que el GAM de Rurrenabaque haya optado por una “política de retorno”, es decir, cada determinado tiempo –en algunos casos, hasta dos veces por semana– con el apoyo de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia y la Guardia Municipal, recogen en automóviles oficiales a las niñas y niños, para llevarlos de retorno a su comunidad de origen, la cual se encuentra ubicada a 20 minutos sobre la carretera interdepartamental hacia La Paz.

Caranavi – La Paz: En el municipio se llegó a identificar un problema para el turismo local, vinculado con la presencia de niñas y niños del pueblo indígena Chimán, quienes conjuntamente con sus padres se asentaron alrededor de la plaza principal y de la iglesia del municipio de Caranavi. En el caso de los niños, muchos de ellos están inmersos a la mendicidad, así como en hechos de robo, en el caso de las niñas y adolescentes, están inmersas en hechos de prostitución y de posibles hechos de violencia sexual.

Asimismo, la representante de la institución defensorial en Caranavi alertó sobre una situación de extrema violencia que se está generando en los municipios de Guanay y Mapiri, donde la presencia del orden público es casi nula, lo que permite que exista una alta prevalencia de mujeres extranjeras y del oriente boliviano inmersas en el trabajo y explotación sexual,  que las expone a situaciones de violencia . Además, se observó que existe una normalización del pago con oro para recibir servicios sexuales.

Apolo – La Paz: En el municipio no existe la presencia de hechos vinculados con el turismo sexual, tampoco se presentaron problemas con pueblos indígenas en la región, tal como se evidenció en Rurrenabaque o Caranavi.

Sin embargo, la representante de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia informó que existen redes de prostitución en esta región, operando a través de uno de los más de seis lenocinios identificados en dicho municipio. Cabe recalcar que estas redes reclutan, explotan y trasladan a adolescentes y a mujeres entre los municipios de Apolo, Rurrenabaque, Caranavi, Mapiri y Guanay, en los cuales se tienen otros ambientes de explotación.

La situación identificada en Apolo, confirma la existencia de una ruta consolidada de explotación sexual en el norte del departamento de La Paz y parte del departamento del Beni. Esta ruta parece haber surgido inicialmente de la explotación minera del oro, siendo su mayor consumidor. La violencia y la oferta de servicios sexuales se intensifican durante los ciclos de mayor actividad extractiva, es decir, en épocas de escasa o nula precipitación de lluvias.

Conclusiones

Con base a las encuestas realizadas se reconoce que el 70% de las trabajadoras sexuales ha brindado sus servicios a ciudadanos extranjeros al menos una vez. Incluso el 26% afirmó que estos ciudadanos extranjeros llegaron a Bolivia exclusivamente para tener relaciones sexuales. Este servicio se caracteriza por su bajo costo, ya que los servicios sexuales rondan entre los 50 a 2400 bolivianos, también por la pluriculturalidad como carácter “exótico” de las mujeres bolivianas, así como la gran facilidad de encontrar a menores de edad y la baja prevalencia de contagios por enfermedades venéreas y de transmisión sexual. Igualmente, un 45% de las encuestadas informó que en alguna oportunidad les consultaron acerca de lugares donde podrían acceder a servicios sexuales proporcionados por niñas o adolescentes, lo cual refleja que existe un “mercado ilícito” al que se debe prestar mayor atención.

Respecto a la información recabada en los municipios de Rurrenabaque, Caranavi y Apolo se evidenció que no hay presencia de actividades de turismo sexual, sin embargo, se observa la consolidación de redes de explotación sexual. Estas redes se fortalecen y promueven por el comercio extractivista aurífero, que se constituyen como el mayor aliciente para la captación, explotación y traslado de adolescentes y mujeres extranjeras y nacionales entre lenocinios establecidos en los municipios de Rurrenabaque, Caranavi, Apolo, Mapiri y Guanay.

Finalmente, se identificó que la consolidación de destinos turísticos ha generado como efecto colateral una migración interna que ha motivado a miembros de los pueblos indígenas Esse Ejja y Chimán, a adoptar nuevos modus vivendi, los cuales se encuentran relacionados con la mendicidad, el robo y la prostitución, involucrando y poniendo en situación de extrema vulnerabilidad a niñas, niños y adolescentes de dichos pueblos indígenas.  

Pie de nota

[1] OIT (2022). Impactos de la COVID-19 en el sector turístico de La Paz entre 2020 y 2021. https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—americas/—ro-lima/documents/publication/wcms_858568.pdf

[2] Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural. (7 de noviembre de 2022). Reactivación del turismo interno y receptivo en Bolivia genera un movimiento económico de más Bs. 2.953 millones. https://www.turismo.produccion.gob.bo/?p=10305

[3] Consiste en forzar a un niño, niña, adolescente o persona adulta, a pedir dinero u otros beneficios en la calle o cualquier otro lugar público o privado, a

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