Deforestación y derechos de propiedad en Bolivia

25 de abril de 2023

Este blog explora la relación entre los derechos de propiedad y la deforestación en Bolivia al superponer la deforestación reciente (2016-2021) sobre información de derechos de propiedad rural de 2016. Parece un ejercicio muy simple, pero como mostraremos en este blog, los derechos de propiedad en Bolivia son bastante complicados.

La Ley INRA (Ley No. 1715, aprobada en 1996) crea seis tipos de propiedad agraria. Mientras que algunos tipos de propiedades están altamente protegidos por la ley, otros pueden ser confiscados si no se utilizan productivamente:

  • Solar campesino: granja de subsistencia (indivisible e inembargable).
  • Pequeña propiedad: pequeña propiedad rural trabajada por familias principalmente para subsistencia (indivisible e inembargable).
  • Mediana propiedad: propiedad rural de tamaño mediano que utiliza trabajadores contratados y vende productos en el mercado (podrá ser transferida, pignorada o hipotecada).
  • Empresa agropecuaria: tierra perteneciente a una empresa formal con trabajadores asalariados y tecnología moderna (podrá ser transferida, pignorada o hipotecada).
  • Tierras Comunitarias de Origen (TCOs, ahora TIOCs): territorios indígenas (son inalienables, indivisibles, irreversibles, colectivas, compuestas por comunidades o mancomunidades, inembargables e imprescriptibles).
  • Propiedades comunarias: propiedades de la comunidad (son inalienables, indivisibles, irreversibles, colectivas, compuestas por comunidades o mancomunidades, inembargables e imprescriptibles).

Nuestra hipótesis es que las tasas de deforestación pueden ser más altas en tierras que no disfrutan de derechos de propiedad seguros e inembargables, ya que los propietarios necesitan demostrar un uso productivo para mantener la propiedad.

La Figura 1 muestra que para el año 2016, aproximadamente el 57% de la tierra rural de Bolivia seguía siendo tierra fiscal, mientras que el 31% había sido concedida como derechos de propiedad comunal, ya sea en forma de territorios indígenas (TCO/TIOC) o propiedades comunarias. Solo el 11% era propiedad privada, dividida entre pequeñas propiedades (5%), propiedades de tamaño mediano (2%) y empresas (4%) (INRA, 2016).

Figura 1: distribución de derechos de propiedad rural en Bolivia, 2016 (área total: 108 millones de  hectáreas)

Fuente: elaboración de los autores con datos INRA (2016).

El Mapa 1 muestra cómo se distribuyen los diferentes tipos de tenencia de tierras en todo el país. Las propiedades empresariales están muy concentradas en los departamentos de Beni y Santa Cruz, mientras que Pando está dominado por propiedades comunarias. Los territorios indígenas predominan en Oruro y Potosí, mientras que, las pequeñas granjas son más comunes en Cochabamba y Chuquisaca.

Mapa 1: Distribución de derechos de propiedad rurales en Bolivia, 2016.

Fuente: elaboración de los autores con datos INRA (2016).

Sin embargo, Bolivia también tiene casi 25 millones de hectáreas de Áreas Protegidas (APs), y éstas no solamente son tierras fiscales. De hecho, todos los tipos de propiedades tienen cierta superposición con áreas protegidas. La Figura 2 muestra que el 15% del área total de tierra rural de Bolivia corresponde a tierras fiscales en AP, mientras que el 5% son AP dentro de territorios indígenas y el 2% son AP en tierras comunarias. Aproximadamente 1 millón de hectáreas dentro de propiedades privadas también han sido declaradas como AP.

Figura 2: distribución de derechos de propiedad rurales y áreas protegidas en Bolivia, 2016 (área total: 106 millones de hectáreas).

Fuente: elaboración de los autores con datos de INRA (2016) y SERNAP (2015a, 2015b, 2015c).

Esto significa que, tenemos 12 tipos diferentes de tierra para analizar. La Tabla 1 muestra la cantidad de tierra en cada una de estas 12 categorías en 2016, así como la cantidad y el porcentaje de esta tierra que fue deforestada entre 2016 y 2021 (según Hansen et al. (2013)).

Tabla 1: ratio de deforestación por categoría de derechos de propiedad

Fuente: elaboración de los autores con datos de INRA (2016), Hansen et al. (2013) y SERNAP (2015a, 2015b, 2015c).

La Tabla 1 muestra que, durante el período de 6 años, desde 2016 hasta 2021, Bolivia perdió el 6.2% de su bosque, alrededor de 3.2 millones de hectáreas. La mayoría de la pérdida fue en tierras fiscales no protegidas (1,649,323 ha), seguida de tierras fiscales con estado de Áreas Protegidas (363,751 ha).

La tasa de deforestación fue más alta en propiedades empresariales (20.7% durante los seis años), como se esperaba, ya que esta tierra puede ser confiscado si no se encuentra en uso productivo. También fue alta en propiedades privadas de tamaño mediano (12.4%), que sufren el mismo tipo de derechos de propiedad inciertos. Las pequeñas propiedades privadas también tuvieron una tasa de deforestación alta (13.4%), a pesar de tener derechos de propiedad más seguros. Pero esto puede deberse a que la tierra es realmente necesaria para la subsistencia de la familia, ya que el tamaño promedio de las pequeñas propiedades rurales es de solo 4.6 hectáreas.

Los tipos de propiedades con las tasas más bajas de deforestación son las tierras de propiedad comunal y los territorios indígenas con estado de área protegida. Es interesante observar que las tasas de deforestación son más bajas en áreas protegidas con presencia de población y derechos de propiedad seguros (1,9% en tierras comunales con AP y 2,2% en TIOC con AP) que en AP en tierras fiscales (3,1%).

Dadas estas diferencias en las tasas de deforestación entre los distintos regímenes de derechos de propiedad, podemos llevar a cabo una simulación muy sencilla sobre la cantidad de deforestación que habríamos tenido durante el periodo de 6 años, si 1 millón de hectáreas de tierras fiscales no protegidas hubieran disfrutado de diversos derechos de propiedad alternativos; la figura 3 muestra los resultados. Si 1 millón de hectáreas de tierras fiscales se hubieran cedido a empresas agrícolas, habríamos visto unas 171 mil hectáreas más de deforestación en ese millón de hectáreas. En cambio, si el millón de hectáreas se hubiera declarado como área protegida, habríamos visto 56 mil hectáreas menos de deforestación en esa área. La opción con menos deforestación sucedería si se da a grupos de personas (indígenas o no) la propiedad comunal y el mandato de proteger el área. En ese caso, habríamos visto aproximadamente 65.000 hectáreas menos de deforestación.

Figura 3. Simulación: aumento o disminución de la deforestación en 6 años, si 1 millón de hectáreas de tierras fiscales no protegidas se transformaran en diferentes tipos de derechos de propiedad.

Conclusiones y recomendaciones

Los resultados presentados en este blog sugieren que es importante completar el proceso de titulación de tierras en Bolivia lo antes posible, para que la gente no siga utilizando la deforestación en tierras fiscales para obtener títulos de propiedad.

Dado que las tasas de deforestación más bajas se observaron en tierras de propiedad comunal con estatus de área protegida, podría ser una buena idea conceder a grupos de personas títulos colectivos de propiedad de la tierra con la condición de que protejan y gestionen de forma sostenible el bosque, en lugar de deforestar. Esto podría funcionar en zonas donde el valor de los productos y servicios forestales es especialmente alto, como las zonas con una alta densidad de castañas, palmeras de açaí o cacao silvestre, o en zonas con un potencial turístico especialmente alto.

Sin embargo, en la mayoría de las zonas, las actividades forestales no pueden competir económicamente con la agricultura, a menos que se tengan en cuenta los beneficios adicionales del bosque. Espinoza et al. (2023) comparan el valor de la agricultura con el valor de los bosques en diferentes partes de la región boliviana de la Chiquitanía (la zona con mayor deforestación) y descubren que algunas regiones, especialmente en el norte del departamento de Santa Cruz, son muy valiosas en términos de funciones medioambientales (regulación del agua, almacenamiento de carbono, control de la erosión, polinización, etc.), mientras que otras no pueden competir con la agricultura. Recomiendan que las áreas que son simultáneamente muy valiosas en términos de provisión de funciones ambientales y tienen bajos costos de oportunidad en términos de potencial agrícola deben ser priorizadas para su protección. Por el contrario, las zonas con altos costes de oportunidad podrían priorizarse para la inversión agrícola, pero basándose en modelos de producción sostenibles.

Controlar pronto la deforestación es especialmente importante dada la ley aprobada la semana pasada por el Parlamento Europeo para luchar contra la deforestación mundial, que obliga a los compradores de la Unión Europea a asegurarse de que los productos adquiridos no han causado deforestación. Como parte de esta iniciativa, los países serán clasificados como de riesgo bajo, estándar o alto, y estos últimos estarán sujetos a procedimientos y controles mucho más estrictos, lo que dificultará el comercio con la Unión Europea. 

Para garantizar la protección de las zonas de alto valor de conservación, debemos encargar a las comunidades locales sobre la protección y la gestión sostenible de los bosques. Sin embargo, necesitarán apoyo externo importante para poder desarrollar actividades económicas sostenibles, como el turismo y los productos forestales de alto valor agregado. Los fondos necesarios para ello podrían proceder de un acuerdo bilateral de compensación por la reducción de la deforestación en las zonas protegidas actuales y futuras, como se explicó en la entrada del blog de la semana pasada.

Referencias

Bolivia (2023). Nivel de Referencia de Emisiones Forestales por la Deforestación del Estado Plurinacional de Bolivia. Versión 1.0. 23 de enero. https://redd.unfccc.int/files/bo_nref_v1_20230123_final.pdf

Espinoza, S., Malky, A., Mendizabal, C., Vilela, T. Omiste, J. P. & Pinto, M. (2023). “Estudio de los beneficios económicos proporcionados por las funciones ambientales en el Bosque Seco Chiquitano. Reporte Técnico: Análisis Costo beneficio y Costos de Oportunidad.” Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN) & Conservation Strategy Fund (CSF Bolivia). Santa Cruz. Documento en proceso de revisión final.

Hansen, M. C., P. V. Potapov, R. Moore, M. Hancher, S. A. Turubanova, A. Tyukavina, D. Thau, S. V. Stehman, S. J. Goetz, T. R. Loveland, A. Kommareddy, A. Egorov, L. Chini, C. O. Justice, and J. R. G. Townshend (2013). “High-Resolution Global Maps of 21st-Century Forest Cover Change.” Science 342 (15 November): 850–53. Data available from: https://earthenginepartners.appspot.com/science-2013-global-forest

INRA (2016). “Parcelas y predios titulados por el instituto Nacional de Reforma Agraria.” Obtenido de: https://geo.gob.bo/geonetwork/srv/spa/catalog.search#/metadata/f5c31a96-c4f0-4140-ba47-2cfbd931075a

SERNAP (2015a). “Mapa de áreas protegidas nacionales de Bolivia” obtenido de: http://geo.gob.bo/download/?w=sernap&l=areas_protegidas_nacionales042015

SERNAP (2015b). “Mapa de áreas protegidas departamentales de Bolivia” obtenido de: http://geo.gob.bo/download/?w=sernap&l=areas_protegidas_departamentales42015 

SERNAP (2015c). “Mapa de áreas protegidas municipales de Bolivia” obtenido de: http://geo.gob.bo/download/?w=sernap&l=areas_protegidas_municipales042015

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