27 de julio de 2019

Bolivia actualmente está en el proceso de elaborar una Política Nacional de Desarrollo Integral de Ciudades, lo cual es muy importante dado el rápido y desordenado proceso de urbanización que el país está experimentando. Aunque nuestro Atlas Municipal de los ODS en Bolivia todavía no está listo, ya tenemos datos interesantes que pueden servir como insumos para la elaboración de dicha política.

Lo que nos dicen los datos es que el proceso de urbanización nos puede ayudar a avanzar de manera más rápida y más eficiente hacía los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ya que en las ciudades se logran más beneficios para la población con menos recursos, debido a importantes economías de escala y aglomeración. Sin embargo, surgen problemas que se agravan en las ciudades, sobre todo en temas de salud. Finalmente, por el gran número de migrantes llegando a las zonas metropolitanas cada año, los gobiernos municipales tienen dificultades en proveer todos los servicios básicos de manera inmediata, por lo que hay grandes números de personas con carencias en las ciudades grandes. En este artículo mostramos algunos datos que respaldan estas conclusiones.

En los gráficos siguientes hemos dividido los 339 municipios de Bolivia en cuatro grupos:

  • RRR: Totalmente rurales (172 municipios)
  • RRU: Predominantemente rurales (91 municipios)
  • UUR: Predominantemente urbanos (51 municipios)
  • ZMC: Zonas metropolitanas y capitales de departamento (25 municipios).

El Gráfico 1 muestra que los municipios urbanos (UUR y ZMC) reciben menos transferencias del gobierno central por persona comparado a los municipios rurales (RRR y RRU), y que los municipios urbanos inviertan menos por persona que los municipios rurales.

Gráfico 1: Recursos públicos disponibles, por tipo de municipio.

Fuente: Elaboración propia en base a datos del Atlas Municipal de los ODS en Bolivia,
proporcionados por el Ministerio de Economía y Finanzas.

Aun así, los municipios urbanos son más exitosos en reducir la pobreza y la desigualdad. Cualquier manera de medir la pobreza muestra resultados mucho mejores para municipios urbanos, y especialmente para los municipios que son capitales de departamento o que pertenecen a las tres zonas metropolitanas del país. El Gráfico 2 muestra los niveles de pobreza, según tres diferentes maneras de medición (1), y también muestra el nivel promedio de desigualdad en el consumo de electricidad (proxy del consumo general del hogar) entre los hogares dentro de cada municipio.

Gráfico 2: Niveles de pobreza y desigualdad, por tipo de municipio.

Fuente: Elaboración propia en base a datos del Atlas Municipal de los ODS en Bolivia,
de diferentes fuentes. Ver detalles en nota (1).

En las ciudades, la población es mejor educada, especialmente las mujeres. Esto, junto con las economías de escala y de aglomeración, hace que la población sea más productiva, lo cual significa que pueden pagar más impuestos y así contribuir a la sostenibilidad fiscal de sus municipios. En contraste, los 172 municipios totalmente rurales en promedio no logran recaudar ni 1% de sus ingresos a nivel local. Más de 99% de los ingresos municipales consisten en transferencias desde el gobierno central, lo cual indica una insostenibilidad financiera aguda (ver el Gráfico 3). Aún en las zonas metropolitanas y capitales de departamento, la recaudación local solamente llega a 21%, lo cual muestra una dependencia fuerte del gobierno central.

Gráfico 3: Escolaridad y recaudación local de impuestos, por tipo de municipio.

 

 Fuente: Elaboración propia en base a datos del Atlas Municipal de los ODS en Bolivia,
del Censo de Población y Vivienda 2012 y del Ministerio de Economía y Finanzas.

No todo automáticamente es mejor y más fácil en las ciudades. A pesar de que la desnutrición crónica y la anemia en mujeres muestran mejores datos en las ciudades, hay varios problemas de salud que se concentran en las mismas. El ejemplo más claro es el VIH, con una incidencia mucho más alta en las zonas metropolitanas y capitales de departamento (ver el Gráfico 4). De hecho, más de tres cuartos de todos los casos identificados entre 2014 y 2017 se concentraban en solamente 5 municipios: Santa Cruz de la Sierra, La Paz, Cochabamba, El Alto y Oruro (2). La tasa de homicidios registrados por la policía también es mucho más alta en las zonas metropolitanas, aunque las bajas tasas en las áreas rurales probablemente se deben a registros incompletos.

Problemas de obesidad también tienden a ser mayores en áreas urbanas, especialmente en ciudades intermedias (ver el Gráfico 4). En las áreas metropolitanas y capitales de departamento, el problema de obesidad es menor que en otras áreas urbanas, probablemente por el mayor nivel de educación e ingresos.

Gráfico 4: Problemas de salud, por tipo de municipio.

 

 Fuente: Elaboración propia en base a datos del Atlas Municipal de los ODS en Bolivia, de varias fuentes.

Son pocos los indicadores que son peores en las ciudades, pero en términos absolutos, las ciudades grandes concentran muchos problemas. Por ejemplo, el porcentaje de jóvenes varones de 15-24 años que no estudian ni participan en el mercado laboral (NINIs) es relativamente bajo en Santa Cruz de la Sierra (9.6%, comparado con el promedio nacional de 11.3%), pero aun así Santa Cruz de la Sierra es el municipio con más NINIs del país, seguido por La Paz, El Alto y Cochabamba (ver el Gráfico 5).

Gráfico 5: Número de NINIs varones en Bolivia, por municipio, 2012.

Fuente: Elaboración propia en base a datos del Atlas Municipal de los ODS en Bolivia,
calculados con datos del Censo de Población y Vivienda 2012.

Este gráfico es típico. Aunque las cuatro ciudades grandes de Bolivia tienden a tener los mejores indicadores en términos de bienestar humano, también concentran mucha gente con carencias en los mismos aspectos.

Esto se debe sobre todo al gran número de migrantes llegando cada año a estas ciudades. El gráfico 6 muestra los 25 municipios que últimamente crecieron más rápidamente en Bolivia, según el aumento en el número de medidores eléctricos residenciales (con consumo positivo) en cada municipio. Santa Cruz y El Alto cada uno reciben aproximadamente 11 mil nuevas familias anualmente, las cuales necesitan agua potable, saneamiento, electricidad, salud, educación y varios otros servicios públicos.

Gráfico 6: Dinámica poblacional, 2013-2016 (Aumento anual en el número de medidores eléctricos residenciales con consumo positivo).

Fuente: Andersen, Branisa & Calderón (2019).

Sin embargo, como vimos en el Gráfico 1, la inversión pública está dirigida más a los lugares de origen de estos migrantes que a los lugares de destino, lo cual significa que los municipios receptores siempre están atrasados en la provisión de servicios básicos.

También significa una sub-utilización de muchas de las inversiones que se han hecho en áreas rurales. El Gráfico 7 muestra un ejemplo llamativo. Analizando datos de todos los medidores eléctricos de Bolivia, Andersen, Branisa y Calderón (2019) calcularon el porcentaje de los medidores que tenían consumo de 0 kWh en mayo del 2016 (el último mes analizado). Increíblemente, en muchos municipios del Altiplano boliviano, más de 20% de los hogares que tienen electricidad instalada, no lo están usando regularmente.

Gráfico 7: Proporción de medidores de electricidad residenciales con consumo de electricidad cero durante mayo del 2016, por municipio.

Fuente: Andersen, Branisa & Calderón (2019).

En conclusión, la urbanización constituye una oportunidad notable para mejorar las condiciones de vida de la población. En Bolivia tenemos la ventaja de que hay varios centros de atracción (Santa Cruz de la Sierra, El Alto, La Paz y Cochabamba), en vez de solamente una mega-ciudad. Sería ideal desarrollar más centros de atracción, para lo cual el Gráfico 6 arriba muestra algunos municipios con potencial.

Sin embargo, para que las ciudades puedan manejar el gran número de migrantes, necesitan más recursos. La asignación de recursos debería tomar en cuenta los patrones de migración, para que los migrantes tengan los servicios básicos dónde lo van a necesitar.

En las ciudades, por la alta densidad poblacional, se necesita más énfasis en salud pública. Esto incluye buenos servicios de agua y saneamiento, buenas prácticas de higiene, acceso a salud reproductiva, educación cívica para convivir bien, educación vial para conductores y peatones para reducir la tasa de accidentes, áreas verdes y espacios públicos para salud mental y física, sistemas de transporte público para reducir la necesidad de autos privados, y mucho más.

 

Notas

(1) La primera medida de pobreza es la variable Necesidades Básicas Insatisfechas calculada por el INE en base a datos del Censo de Población y Vivienda 2012. La segunda es un Índice de Pobreza Multidimensional también calculado con datos del Censo, pero incluyendo más dimensiones de privación (ver descripción aquí), y la tercera es una medición más actualizada basada en el consumo de electricidad en todas las viviendas de Bolivia, según sus medidores eléctricos (ver descripción aquí).

(2) Ver aquí .

———————————————————–

* Lykke E. Andersen, Ph.D., Directora Ejecutiva de SDSN Bolivia.

Los puntos de vista expresados en el blog son responsabilidad de los autores y no reflejan necesariamente la posición de su institución. Esta serie de artículos forma parte del proyecto titulado «Atlas Municipal de los ODS en Bolivia» que actualmente lleva a cabo la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible (SDSN) en Bolivia.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *